jueves, 6 de julio de 2017

Voces del silencio, Testimonio

Abordajes Artísticos de la desaparición
Eugenia Bekeris, Artista Visual


“Lejos de seguir siendo prisioneros del pasado,
lo habremos puesto al servicio del presente , como la memoria y el olvido se han de poner al servicio de la justicia”
Tzevetan Todorov



Si debo explicitar el compromiso de mi praxis artística, esta no emerge de una actitud
especulativa, reflexiva o pre-meditada sino como el anhelo frágilmente sostenido de resistir el borra miento de las huellas del genocidio, la supresión de la responsabilidad de los asesinos y la ruptura de la cadena simbólica que permite a los herederos de estos procesos elaborar el duelo. Dicho de otra forma, mi praxis se sostiene en una única pregunta : ¿cómo de-construimos el montaje genocida para reconstruir un espacio simbólico de vida ? 

Sabemos que la imagen tiene el poder de mostrar lo que no pudo ser visto, que el arte puede atravesar los muros que in visibilizan y hacen visible lo invisible, y ver nos permite recuperar la imaginación para saber. Ese es el horizonte de expectativa desde donde he pensado mi obra.
Luego de la Segunda Guerra Mundial, en el contexto del proceso de la memorización de Auschwitz, se desarrolla una nueva estética cuyo desafío es recordar la violencia y homenajear a los muertos. Es entonces cuando comienza a construirse un nuevo enfoque histórico, en el escenario de la rememoración la recordación y el duelo. Ante este marco los artistas confrontamos con un mandato ético ¿Cómo pensar lo impensable, como imaginar lo inimaginable? Ese es el desafío con el que confrontan los artistas visuales contemporáneos, comprometidos en encontrar a partir de su obra, modos de presentación de la ausencia que no siempre se dan como representación. Se trata así del inicio de un camino para la recuperación de la imaginación ante el vacío de significado que dejó el genocidio.
El arte se compromete en la reconstrucción del espacio simbólico de vida que el genocidio intentó destruir, ardua tarea desde su compromiso con la ética y la estética en el abordaje del dolor teniendo que estar alerta a la banalización o trivialización de lo que devela, ya que la banalización es funcional al silenciamiento , constituyéndose entonces, está en un riesgo, en un límite para la transmisión.

Aunque el recuerdo puede ser suprimido como resultado de la estrategia genocida es el arte el que contribuye a la elaboración de un nuevo discurso que aborde el horror y de las nuevas narrativas atravesadas por la tragedia del pasado, facilitando la elaboración social del recuerdo. Sobre ese principio de esperanza operamos como artistas en el espacio público, porque sabemos que el arte es una herramienta de resistencia, frente al olvido. El arte acompaña los testimonios de los sobrevivientes de la shoá, y la dictadura cívico militar Argentina , que nos traen fragmentos de la verdad de los campos de exterminio y acompaña la pelea de los organismos de Derechos Humanos que luchan por la Memoria la Verdad la justicia

Reconstruir el espacio simbólico de la vida exigió en mi caso atravesar el espacio de la muerte como asunción de un vacío no metafísico, sino como un vacío de olvido impuesto por el silencio del sentido común dominante. Reconstruir el espacio simbólico de la vida significó para mí arrancar una palabra al secreto, a su lógica nadificadora. Quisiera entonces hablar de esta experiencia .


Para hablar de mi obra no puedo pensarla sino es en relación al Silencio, escenario invisible, del que fui parte sin siquiera saberlo. Esa es mi verdad.
Para hablar de mi obra no puedo pensarla si no es en relación fuerte con la búsqueda del lenguaje, la recuperación de la palabra para reconstruir mi identidad.
En el devenir de mi búsqueda artística he encontrado una forma para esa verdad, que es mía, pero ahora no lo es, porque estoy expropiada y exiliada de ella.
Esa verdad, en el recorrido de mi obra, descansa en la noción de testimonio. El testimonio como esa verdad -no científica, no lógica- que no responde a la concordancia entre las palabras y las cosas, sino a la verdad de la experiencia. El arte es el régimen de una verdad particular: el testimonio.
Con El Secreto (Centro Cultural Recoleta, Buenos Aires, Argentina 1995) ; yo abría una gravosa puerta a una verdad, que era la de mi propia familia: su silencio, el mío, al exterminio a la que ella misma -mis familiares que permanecieron :n Europa- había sido sometida durante la Shoá.(1938-1945).
El Secreto, es una instalación multimedia que se inauguró en 1995 en el Centro Cultural Recoleta pocos meses antes del Ataque Terrorista a la AMIA, que sucedió el 18 de Julio de 1994. Este trágico hecho me obligó, ante las autoridades del Centro Cultural Recoleta, a aclarar los motivos que me impulsaban a homenajear a mis familiares víctimas del nazismo, para descartar cualquier sospecha de oportunismo -nada más lejano a mis intenciones- al armar mi instalación en este importante centro cultural de Buenos Aires. Sin embargo, aún no sabía que mi obra sería interpretada , una vez inaugurada en Julio del 1995, como homenaje, entre otras víctimas : de la dictadura Cívico Militar Argentina (1976-1983) a las víctimas de dichos Atentados. AMIA , y Embajada de Israel.
En esa etapa aun no sabía que esta obra me permitiría realizar el duelo simbólico en relación a los miembros de la familia que no conocí, a los que jamás podría olvidar, quienes signaron el destino de toda la familia que sobrevivió a la devastación nazi, que me instaló en un entre-lugar, entre los muertos y los vivos, por muchos años. Tampoco sabía entonces que estaba llevando a cabo el desentierro de mi propia historia y recuperando y el lenguaje .
Gran parte de mi vida estuve sumida en El silencio, un silencio que compartíamos con mi familia primaria, en la que faltaban palabras para nombrar la tragedia •sin nombre” de la que veníamos. Este silencio compartido me sepultó en la a-temporalidad y el sin-sentido, carecía de una historia para contar.. El horror, presente en forma intangible, el encierro, la tristeza , el sentimiento de paria, de estar privada de tierra de historia propias ,el no saber de dónde venía , y por lo tanto qué sería del provenir , conformaron para mí , un modo particular, desde cierta ajenidad, de estar en el mundo.
En el transcurso de la acción del arte, mientras construía, la Instalación El Secreto me encontré en la búsqueda, sin saberlo, de la fisura dentro del territorio mudo familiar y fue así que me encontré con la palabra, comencé a recuperar el lenguaje. Recién entonces, pude comenzar a “ponerle nombre a las cosas”, al reconstruir mi identidad ..
De ese modo al quebrar mi propio pacto de silencio se quebró la impunidad del genocidio y ya nada fue igual para ninguno de los integrantes de mi familia.
Al recuperar la palabra fui en rescate de los nombres de todos mis familiares asesinados para decirlos en voz alta uno por uno. Fue así como al nombrarlo nacieron en mi conciencia desarticulando la estrategia genocida de destruir la vida y la Muerte misma como estructura simbólica que permite la transmisión.
Como plantea Helene Piralian.
“Mediante la negación, por lo tanto, los responsables de un genocidio intentan cometer, más allá del asesinato de los sujetos particulares, el asesinato del orden simbólico mismo, para que también sean destruidos los sobrevivientes, y para que con ello queden expulsados del orden humano. Así pues, para los genocidas, se trata efectivamente de llevar a cabo una destrucción total. Lo cual significa que más allá de la vida, lo que intentan destruir es la Muerte misma, como estructura simbólica que permite la transmisión. De modo que el horror, más allá de la vida, de la vidas arrebatadas, es la pérdida de la Muerte como estructura de futuro.”

Pude entonces, a partir de la acción del arte, recuperar la memoria del recuerdo, y desenterrar mi historia, solo de este modo pude ir en búsqueda de la información de la historia objetiva, del trágico destino de mis familiares en Europa durante la Shoá y desarticular la estrategia genocida que apuesta a la negación y al olvido de la matanza,

Durante un par de años visité las ciudades de mis ancestros, y busqué en los archivos de la Ciudad de Kaunas, Lituania, y en Budapest , Hungría, la documentación de mis familiares , para saber que fue de su destino durante aquel trágico episodio de la Historia, Con la información que pude recabar en los archivos, completé los formularios Testimoniales que obtuve de Israel, del Museo del Holocausto en Jerusalén , Yad Vashem , para inscribir a todos mis familiares en la lista de víctimas del nazismo. Ya son parte de la historia y sus nombres se suman a la lista de víctimas de la Shoá . No volverán a morir en el olvido.

El Secreto se gestó desde una pesadilla, que develaba un muro interminable hasta el horizonte cubierto de rostros de barro , decidí construir y tornar real esa imagen y así comencé a construir El Secreto , instalación poblada de 200 mascarillas mortuorias y 10 calcos de torsos y espaldas, rastros, huellas, para dar cuenta de quienes ya no están, Fue en el marco de la creación de esta obra, que pude nombrar por primera vez, uno por uno en voz alta los nombres de mis seres queridos, devolviéndoles de este modo en mi conciencia: el derecho a tener una vida, y por lo tanto una muerte, .De este modo pude trazar una línea divisoria entre los muertos y los vivos, y realizar el proceso de duelo simbólico
El develamiento de esa verdad sólo pudo tener lugar en el mismo movimiento de la realización de la obra. Fue en la acción de la construcción de El Secreto que me encontré con la memoria del recuerdo.*
Pero contra toda suposición que especulara -aun yo misma-, temí que esto en el tiempo ocurriera, mi obra permanecería en la exigua esfera de lo propio. Contra esa conjetura, se cumplió una instancia inesperada: cuanto más la instalación permanecía a desplegar el repertorio espectral de mis familiares asesinados en la Europa nazi, las resonancias en los habitantes de mi país, familiares de las víctimas de la dictadura Cívico Militar Argentina (1976/1983) , Familiares de las víctimas los atentados a la Embajada de Israel y Amia y quienes diezmados brutalmente por la pobreza y la exclusión social eran impactadas y en este sentido implicados en las imágenes. La metáfora que había creado para homenajear a mis familiares resonaba en el presente de un modo inesperado. El Secreto se había convertido en una metáfora abierta al presente
La producción de la verdad como testimonio no depende de los contenidos de la obra sino de su mismo acto de testimoniar por ello puede universalizar experiencias particulares. La figura del Testimonio, que se desplegó inicialmente como la búsqueda de mi propia identidad a través del des ocultamiento del silenciamiento del exterminio de mi familia, reconoce su momento actual al dejar una huella, que es firmar un contrato con el espectador que lo obliga a reconocer la existencia de aquellos cuyas vidas, despojadas de sus derechos, se encuentran amenazadas a ser reducidas a nada.
El límite fue para mi hacer esta obra o perderme en la locura, el límite fue encontrar la estrategia para la transmisión.
Pero hasta aquí mi trayecto solo conocía el sendero que llevaba a un secreto, a una dimensión de la memoria enterrada, que sin embargo, se restringía a mi mismidad, el acotado espacio de mi interioridad. La memoria propia, encerrada en la historia personal clausuraba la posibilidad de un dialogo de memorias. Mi decisión de ir al retrato de los sobrevivientes de la Shoá *** fue un intento de abandonar la idea de una memoria personal que en su herida puede sin embargo ser indiferente a la memoria sufriente de todos los otros. Hoy continúo abordando desde el dibujo a quienes lograron reconstruir sus vidas luego de ser estas, atravesadas por la violencia extrema que dejó en su experiencia la dictadura militar en la Argentina (1976-1983) y encontrarnos en la mirada de quienes se suman a participar de un nuevo proyecto de retratos, titulado, Tu Mirada, resonancias *****.

Eugenia Bekeris, artista visual 2014


*** Retratos de los Sobrevivientes negra leche del amanecer, 2002 / 2012. Exhibidos en el Centro Cultural Borges,2008 Centro Cultural de la Cooperación 2009, Congreso de la Nación , Salón de los Pasos Perdidos,2011 Pasaje Pizurno Ministerio de Educación de la Nación ,Amia, espacio de arte Amia 2012
****** Tu Mirada, resonancias- retratos e historias de vida, en progreso para ser presentados en el Centro Cultural de la Cooperación en Marzo del 2015

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